domingo, 31 de agosto de 2008

TU YO



Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.

lunes, 18 de agosto de 2008

Las hadas no existen





Lo repetía sin parar, una y otra vez ... el eco de la frase la inundaba. ¡LAS HADAS NO EXISTEN y esta vez sí es cierto! - se dijo - Estaba finalmente convencida.


Inesperada moraleja del cuento que se presentaba esperanzador ... mágico y resultó dominado por brochazos de verdades amargas, remembranzas desalentadoras y aquel deja vú irónico que sólo hasta hoy revivió. Una escena que aunque humillante, particularmente conocida.


Tras sus pasos débiles y descordinados, se esconde un alma frágil y confundida, frustrada en lo más profundo, y se dirige hacia el negro más oscuro, concibiendo casi imposible la idea de encontrar esa luz ... LA LUZ que vuelva a reflejar tras su mirada, ese cielo estrellado que la iluminaba a su paso.


Detrás de ella, otros pasos más ligeros y ágiles terminan por superar su andar vencido mientras que ella gira sobre el mismo eje. Se acompaña en tanto de lo que algún día fue, se deja llevar por su mente y revive - aunque solitaria - momentos en los que podía mirar a lo alto reconociendo la inmensidad de una emoción, la grandeza del presente, y lo placenteramente enigmático del mañana. Se ahoga entonces en su pasado ... un pasado que la aquejaba, y ahora se vierte en su contra. Es cuando termina por reconocerse como el error y no le queda más que la eterna espera por entender a quienes la miran con recelo y encono, señalandola, criticándola ... viendo en ella al absurdo más inexacto.


(...) se apagaron sus ojos y si ella aún pudiera ver, lo evitaría. Si acaso existiese algo más por sentir, sería imposible ya que lo hiciera ... si tuvieran algo por decir, sería mejor que no lo dijeran ... porque eso poco que le queda, no es para vivirlo como los demás quieran ... ya que el escaso aliento que le queda, es para seguir aun cuando las hadas ya no existieran.




domingo, 17 de agosto de 2008

¿Rosado?... No, azul. Bueno, rosado y azul.

Negro ... sí, negro.

¿Cola¡? No, suelto. Pero muy corto ... mejor lo amarro. Ay, suelto.

¿Maquillaje? ... sí, poco ... no, nada .. bueno, algo.

¿Perfume? ... este no, este sí. Uy, me eché distintos.

Me siento. Espero. Me paro. Me miro.

Contesto el teléfono ... ¿Qué digo? , ¿Qué no digo?...


Ya lo había olvidado. He de confesar que me siento una amateur ... si me ponen el jean de frutas, me hacen las dos colitas, y encuentro la polera de tiger me convierto en la niña que quedó atrapada dentro de mi en alguno de esos pasajes amargos o túneles del tiempo. Aunque resulta extremadamente difícil hacer el papel de grande cuando se siente y quiere como nena ... esa nena que aún vive en mi.




lunes, 11 de agosto de 2008

Un amor de por vida ...


"Amor es el primer sentimiento que hay
antes de que todas las cosas malas aparezcan"


Antes que el mundo tomara su forma real, tras el brillo de sus ojos que remplazaba al de las estrellas, donde no podía saber que tiempo era, porque los días estaban supeditados al deslumbrante color de su esencia. Antes de que los árboles se vieran detenidos en crecimiento, alcanzando los astros más grandes en las noches de luz intensa. Y antes de que el frio se convirtiera en vacío, cuando aún bajo la lluvia él la dejaba sin aliento. Fue ahí donde se detuvo su corazón, en donde todo era fantasía y ella, flotante e inocente, estaba a expensas de un amor que la mantenía viva.

Un amor más bello que las estrellas o los árboles, que todo lo curiosamente escondido en la profundidad de la tierra. Sus ojos llenos de fuego, su piel suave cual olas que se dejan recorrer y sus manos siempre como la pieza exacta, listas para encajar.

Durante muchos años, la magia tomó otro concepto, el cuento y las hadas se perdieron entre el difícil reto de seguir, de crecer. Las pinceladas que definían los pasos de aquella soñadora, no eran más que un devenir incierto. Superó la mayoría de las vallas, y vio en cada tropiezo un atardecer que limitaba el crecimiento de las flores, de los árboles y de los sueños.

Modeló el amor, lo racionalizó. Con cada intento, pretendía, involuntariamente, capturar con ternura e inocencia, explorar el fondo, tocar el alma pero nadie se detendría ante ello. Nadie demandaría más de lo usual. Nadie congelaría el tiempo. Nadie pero nadie, le demostraría lo que se esconde tras la luz del sol. Porque si tan sólo fuera descubierto, la autenticidad confundida con debilidad, terminaría por revelar los sentimientos más puros y escasos sobre la faz de la tierra. Fue entonces cuando aprendió a ocultarse... a fluir.

Y todo se mantuvo igual hasta que un día ese amor que nunca envejecía, se formó una vez más, en la fundación del tiempo y ella, descubrió que su hermosura se mantuvo intacta, inamovible. La juventud de ya no el niño, pero aún tampoco el hombre, el que le había enseñado a soñar y al cual en los silencios más profundos podía mirar con la misma devoción e intensidad. En un segundo, veía florecer a través de sus ojos, todo aquello que sembró el día que lo besó.
Y supo, luego de un largo suspiro, que cuando los árboles se volvieran ante sus pies, las estrellas se alinearan iluminando su camino, y lo inexplicable y complejo del destino la guiara una vez más hacia sus labios, sería entonces, para quedarse en ellos .....................